martes, 26 de octubre de 2010

Tenacious D el Creador.


La creación de Adán de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, con el Creador a punto de tocarlo con un dedo para darle la vida ha sido muy usada en temas de publicidad y a la hora de crear imágenes o videos humorísticos, aquí os presento uno de estos ejemplos en la carátula del álbum The Pick Of Destiny (2006) de Tenacious D.


Si queréis conocer un poco mas a este grupo algo peculiar aquí os dejo información.


"Tenacious D", también conocidos como "The D", son un grupo de Rock americano formado por los actores Jack Black y Kylse Gass. Este es su segundo disco completo.

"The Pick Of Destiny" fue grabado exclusivamente como banda sonora de la película "Tenacious D in The Pick of Destiny", donde ambos interpretaron y encarnaron a los protagonistas. El film representa una especie de historia autobiográfica con algunos cambios fantasiosos y exageraciones cargadas de humor muy sano. Ante todo, "Tenacious D" tiene la intención de hacerte disfrutar de música rockera y hacerte reír al mismo tiempo. Las letras cuentan todas esas desternillantes y absurdas historias que les sobrevienen en la película.

Musicalmente se puede resaltar un grandísimo talento de Kyle Gass como guitarra líder, especialmente en la guitarra acústica. Jack Black aporta una impresionante voz melódica a todos los temas, y tiene todo tipo de registros. Las canciones son breves y aparentemente sencillas, pero cuentan con unos estribillos, una composición y unos ritmos muy pegadizos y contagiosos.


Para mi gusto una de las mejores canciones es The Metal, aquí os dejo un enlace para escucharla.






Premio Paul Ricard


El otro día en el hall de entrada a la escuela de arquitectura repartieron unos panfletos publicitarios sobre la 7º edición del “premio club del arte Paul Ricard”, un concurso para mayores de edad, de estilo libre y con premio en metálico de 6.000 €. Para obtener más información se puede visitar la página de bellas artes de la Universidad de Sevilla.


http://www.bellasartes.us.es/tablon-de-anuncios/destacados/7-edicion.-premio-club-del-arte.-paul-ricard.


En esta página de la escuela de bellas artes de Sevilla se puede encontrar el panfleto publicitario así como las bases maquetadas en un archivo en formato pdf que no he podido adjuntar a la entrada. Además en www.ricard.es se puede encontrar más información sobre el tema.


Animaros y participad.

lunes, 25 de octubre de 2010

El Ángel del Poeta


And now it’s no one’s fault, but yours,

at the foot of the house of cards.

I’m sinking in, until you return.


Era extremadamente delgado, pero tenía el porte recto, casi militar; los cabellos oscuros y el rostro pálido, tan pálido como la luna. Sus ojos eran grises y penetrantes, sabía hablar admirablemente bien, y sus modeles eran elegantes. Siempre vestía de negro, como un emisario de la más oscura de las noches…

Edgar Allan Poe (1809-1849) vivió envuelto de un halo difícil de definir. Su carácter peculiar y su imaginación fuera de lo común le permitieron escribir numerosos cuentos, y el mismo se fraguó un estilo propio. Pese a esto, muchas de sus obras tienen un ligero trasfondo autobiográfico: sus amores imposibles o frustrados, su pasión por lo oscuro y lo mórbido o el reflejo de experiencias personales constituyen las características tal vez más conocidas de sus relatos.

“El gato negro”, “Ligeia”, “El corazón delator” o “La caída de la casa Usher” representan el lado de Poe que creo que todo el mundo conoce: los cuentos de terror, los ambientes oscuros y la presencia constante de la muerte. Poe fue uno de los representantes más importante del romanticismo en los Estados Unidos.

Edgar Poe fue adoptado por los Allan, una familia rica de Richmond (Virgínea), cuando sus padres, dos actores de tercera fila, murieron-tal vez su padre desapareciera- cuando sólo era un niño. Así pues se crío en el sur de los Estados Unidos, y muchas de sus críticas, manifestaciones y también su personalidad deben entenderse como influenciadas por su educación, por el hecho de ser un “caballero del sur”.

Poe fue un alumno brillante. Le apasionaba la literatura, devoraba todos los libros que tenía a su alcance y ya empezaba escribir sus primeras poesías siendo muy pequeño, influenciado por la larga sombra de Lord Byron y Wordsworth.

Poe quería ser poeta. Ya en la adolescencia, el escritor empezó a tener problemas con su “padre”, lo que más tarde le traería numerosos apuros y discusiones; y dejó de sentir que la mansión de los Allan era aun su casa, consciente de su realidad.

Allan quería que Poe fuera abogado. Cuando el poeta ingresó en la universidad de Virgínea, este no le mandaba dinero suficiente para que Poe estuviera a la altura de sus compañeros: en la universidad el juego, el alcohol y los duelos era algo habitual. Aquí el escritor empezó a descubrir la bebida, y el terrible y misterioso efecto que en él producía. A Poe, un vaso de alcohol le sumía en un profundo estado de embriaguez, y si bebía más, los efectos de sus borracheras causaban estragos en su organismo: días enteros de recuperación y debilidad. Pese a ser un orador brillante y un alumno de destacadísimo talento, Poe tuvo que dejar la universidad, a causa de las deudas del juego, que no pudo pagar a causa del poco dinero que le mandaba el señor Allan.

A partir de este punto, Poe y Allan siguieron con sus diferencias y asperezas; y Poe decidió seguir sus ideas, ser poeta, y olvidar los deseos de su padre adoptivo. El tiempo demostró que el escritor tenía razón; su verdadero talento estaba en la escritura; aunque le costó un precio elevado: la miseria y los problemas personales; pero fue siempre fiel a sí mismo, a pesar de todas las consecuencias que esto trajo. Poe ingresó en el ejército, y en una academia militar, pero esto era algo para lo que no estaba hecho. Demasiada mediocridad, demasiado poco estimulante intelectualmente, y demasiado poco tiempo para leer y pensar. Además, Poe empezó a manifestar síntomas de debilidad cardíaca; por lo que se hizo expulsar primero del ejército, y después de la academia.

Poe decidió llevar a cabo su determinación de ser poeta, y persiguió hasta su muerte la idea de fundar una revista en la que explotar abiertamente su talento y sus ideas. El escritor viajó a Filadelfia, Nueva York y Baltimore, donde intentó hacerse un hueco en la sociedad de las letras estadounidense, aunque no tuvo mucho éxito, pero el poeta aún era joven, muy joven.

En Baltimore encontró a su familia definitiva, que le acompañaría siempre. Su tía Maria Clemn; que fue como el ángel guardián de Poe toda su vida, su hermano-que desapareció rápido presa de la tuberculosis-, y su prima Virginia; con la que finalmente (e incomprensiblemente) se casaría; aunque tuviera 13 años, el aspecto de una niña toda su vida y fuera mentalmente un poco retrasada.

Durante esta época, Poe trabajó en algunos periódicos, cobrando un sueldo muy bajo. Multiplicaba los suscriptores de cualquier periódico en el que trabajara, ganaba concursos y premios, y poco a poco, empezó a ganarse un sitio en el mundo de las letras estadounidense. Al mismo tiempo, alternaba sus períodos de creatividad y sobriedad con los períodos de embriaguez, que tanto le dañaban, y que tantos escándalos le devolvían.

“El Cuervo”, “El Escarabajo Dorado”, Los Crímenes de la Calle Morgue”… El talento de Poe invadía las salas de los “literati” del norte, mientras estos se indignaban ante las agudísimas críticas que un “escritor del sur” les dedicaba, destrozando sus obras, y dejándoles a la más ínfima altura, sin importarle esto a Poe lo más mínimo. La leyenda negra de Poe seguía creciendo: siempre de aspecto grave y envejecido pese a su juventud; la madurez sentaba bien al poeta, que siempre brillaba por su elegancia y su corrosivo sentido del humor, y por los escándalos y detalles románticos que giraban en torno a su vida: borracheras, historias de amor, y viajes inexistentes a Francia y España, que él mismo se inventaba para agrandar su historia.

Y en efecto, a pesar de que se conoce a Poe por sus relatos de terror, Poe fue un crítico de una inteligencia impresionante, temido y envidiado por sus escritores coetáneos. Se tachó que Poe sólo escribía sobre temas mórbidos, pero lo cierto es que era hábil en cualquier formato. Escribió relatos filosóficos, como el “Coloquio de Monos y Una”, “El Poder de las Palabras” o “Sombra”; cuentos paisajísticos, en los que simplemente se dedicaba a describir, como “La Isla del Hada”; pero es que además inventó la novela policíaca, tan de moda hoy en día, con el agudo detective Dupin (su alter ego, un personaje de desbordante inteligencia) en “Los Crimenes de la Calle Morgue” y sus dos continuaciones. Y no sólo esto, también era escritor brillantemente analítico, como demuestra en “El Escarabajo de Oro” o en “Un Descenso al Maelström”.

Poe se defendía, argumentando que de nada le valía trabajar un mes constantemente, si solamente se le reprochaban sus episodios más penosos, poseído por la bebida, y más tarde por el opio y el láudano, drogas que utilizaba como estimulantes para su débil corazón. Y es cierto que muchas veces desperdició oportunidades y arruinó empleos a causa de esto; pero también es verdad que no se tenía en cuenta su voluminosa correspondencia, su gran cantidad de obras en prosa y la enorme cantidad de libros que leyó, incluidos obras matemáticas y astronómicas (su enorme agudeza se debía también a que era un gran lector, lo que le permitía escribir sus incisivas críticas).

La peor etapa de su vida tuvo precisamente lugar en sus últimos años. Su esposa Virginia murió, y Poe perdió su compañía incondicional. Extrañamente, el más solitario de los hombres no sabía estar sólo. Cuando Poe no tenía nadie a su lado que le acompañara, como su esposa, o su tía Maria Clemn, estaba más perdido que nunca. Buscó otra esposa, otras amigas, pero la bebida y su inestable personalidad alterada por los nervios siempre acaban arruinando sus intentos.

Todas sus obras maestras había sido ya escritas, y Poe estaba en la cima. Leyenda oscura en vida, temido por sus críticas, y admirado por sus obras, Poe dio algunas conferencias, y publicó “Ulalume”. Pero el poeta seguía perdido. Finalmente, después de algunos viajes en los que se movió en sus círculos habituales, Poe fue encontrado borracho, prácticamente inhumano. Deliró en ese estado, aguantó unos días más, pero finalmente murió. Sin que su tía y sus íntimas amigas supieran donde estaba. Desde su muerte, entusiastas y críticos siguieron escribiendo acerca de su vida, y como dice Cortázar, a Poe le hubiera encantado estar ahí para inventar nuevos detalles.

En mi opinión, Poe era un magnífico escritor. A riesgo de resultar un poco raro, sus relatos de terror, sus típicos cuentos de catalepsia y sombras, son los que menos me gustan. Me encanta como escribe. Poe tiene una habilidad impresionante para narrar y describir, y sabe embaucar como el mejor estafador. Su prosa cuidada y poética, es la más elegante que he leído hasta ahora.

Me fascina la agudeza y la enorme cultura que se desprende de sus textos, su terrible inteligencia es impresionante. Analítico u oscuro, siempre sabe de lo que habla. Creo que fue una persona muy culta, ya que sabía varias lenguas y entendía y era capaz de escribir de ciencia con una coherencia asombrosa.

Me gustaría hablaros y recomendaros dos de sus relatos. Sinceramente son relatos menores, pero la verdad es que son de mis favoritos. El primero es un breve relato titulado “El Duque de l’Omelette”. A mi no me gusta que me cuenten los cuentos que me recomiendan, ni los finales de las películas o de las novelas que están de moda, pero en este caso, y muy a mi pesar, me resulta difícil no hacerlo. Aunque intentaré justificarme argumentando que en este cuento lo importante es como cuenta Poe su historia; de todas maneras, intentaré sólo hacer un resumen. El Duque de l’Omelette muere a causa de un paroxismo de asco, cuando se da cuenta que su cena, un ave peruana bellísima, es presentada sin plumas. En el infierno, tiene la gallardía de retar al diablo a un duelo de esgrima, porque no piensa aceptar que el príncipe de las tinieblas le obligue a desvestirse. Asombrosamente, el diablo no sabe el arte de la espada; pero l’Omelette se apuesta su eternidad dos veces en una timba de ultratumba, con la redención como victoria.

Y finalmente, os hablaré de mi relato favorito de Poe. Como os adelantaba antes, es un Poe menor, que se titula “El Ángel de lo Singular”. Es un relato que he leído un par de veces, y creo que es un verdadero placer disfrutar de él. Es un relato muy divertido, y muy agradable de leer. Además creo que tiene un mensaje interesante. El protagonista sufre la venganza del ángel de lo singular, el encargado de que ocurran todas las extravagancias que ponen nerviosos a los escépticos (como yo mismo); simplemente por el hecho de no creer en él. Poe dice que creamos en lo singular, en lo raro, en lo que no es normal que ocurra. Pero al mismo tiempo también nos dice que creamos en nosotros mismos, porque al fin y al cabo, eso fue lo que hizo él. Se burló con singularidad de quién quiso, y fue lo que él deseó. Escribió siempre de lo que le apeteció, y con este cuento, Poe nos invita a ser especiales.

Porque si hay algo que Poe tuvo, fue ese ángel que le hizo ser especial. Yo creo que todo el mundo tiene su particular ángel de lo singular, lo difícil es saber escucharle, y más aún creerle. Porque para Poe:

“Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño”

De hecho, Poe sigue bebiendo a costa de todos, ya que cada año, en la noche de brujas, fanáticos, curiosos y admiradores vierten brandi en la tumba del poeta, se interpretan obras de teatro y se toca jazz en su honor. Tengo muy claro que si voy alguna vez a Baltimore, invitaré a Poe a una copa, por lo menos, por mi parte se la merece. Eso sí, de Martini con limón.

Os dejo aquí los dos relatos de los que os he hablado, aunque os recomiendo que leáis cualquiera de los de Poe. Espero no haberos aburrido mucho, y ojalá os entren ganas de leerle.

“El ángel de lo singular” -> http://www.scribd.com/doc/10570395/Edgar-Allan-Poe-El-angel-de-lo-singular

“El duque de l’Omelette” ->http://elprestamoeslaley.blogspot.com/2009/01/poe-el-duque-de-lomelette.html

Si tenéis curiosidad sobre la vida de Poe, consultad la biografía que hizo Cortázar del Poeta.

jueves, 21 de octubre de 2010

Gigante


La semana pasada hicieron en la 2 de Televisión Española “Rebelde Sin Causa” (1955), de Nicholas Ray, y que es sin lugar a dudas una de las películas de culto más importantes de todos los tiempos. No obstante, no quiero dedicar esta entrada a realizar una crítica o un comentario sobre este film, sino a hablar de su protagonista, James Dean y del mito que lo rodea.

Después de diversas apariciones insignificantes en cine y televisión, y de representar varias obras teatrales en Broadway, James Dean protagonizó en 1955 “Al Este del Edén”, que le valió su primera nominación a un Óscar, y “Rebelde Sin Causa”, que lo consolidó como uno de los ídolos de la juventud estadounidense. El éxito cosechado en estas dos películas le valió el papel de co-protagonista, junto con Rock Hudson y Elisabeth Taylor, en “Gigante” (1956), su última película.

A pesar de sus innegables cualidades como actor, no fueron sus películas, sino lo efímero de su carrera y el modo en que vivió y murió, lo que le convirtió en una de las mayores leyendas del cine del siglo pasado. A lo largo de su poco más de un año de estrellato, Dean se labró una imagen de personaje rebelde y solitario, y su muerte a la temprana edad de 24 años, no supuso sino la reafirmación de un estilo de vida que queda definido con su famoso consejo de “vive rápido, muere joven, y deja un bonito cadáver”.

Con todo, la vida de James Dean podría haber sido homónima a la obra de García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, pues su afición a las carreras de coches le valió la prohibición expresa de competir durante el rodaje de “Gigante”. Nada más acabar la grabación, mientras se dirigía en su Porsche Speeder 356 a Salinas, California, donde iba a participar en una carrera, la embestida inevitable de un Ford le arrebató la vida. Paradójicamente, dos semanas antes de su muerte apareció en una entrevista en la que recomendaba a los jóvenes conducir con precaución.



martes, 19 de octubre de 2010

Proyecciones Arquitectónicas

En los últimos años la utilización de la tecnología en el arte se ha desarrollado enormemente, dando como fruto obras muy impresionantes y curiosas.
Las más características se dan en el campo de la arquitectura proyectada, donde mediante la utilización de elementos como focos o láseres, se consigue crear una ilusión óptica al espectador que llega a confundir al mismo.
Un ejemplo curioso es el que se realizó en la ciudad de Figueres sobre un edificio de tinte Modernista.
En éste se crea la ilusión de como se construye el edificio, además de dotarlo de cierta vida al mismo.



Otro ejemplo curioso es el realizado sobre un edificio Neoclasico inglés.

jueves, 14 de octubre de 2010

Antigua Catedral de San Pablo



Construida entre los siglos XI-XIV, la antigua Catedral de San Pablo fue una de las catedrales más largas de Europa y su aguja central de las más altas. Construida en los terrenos de la actual City de Londres, fue destruida por el Gran Incendio de Londres de 1666 y reconstruida años después en estilo barroco inglés, tal y como se conserva actualmente.

La Catedral de San Pablo se caracterizaba por su largo recorrido de la nave central, decorada con hermosas vidrieras de colores. La configuración era la típica de toda catedral gótica, con una nave central más elevada con dos de menor altura y ensanche a los lados. Las bóvedas seguían el estilo de crucería y, a diferencia de otros templos, el tejado se desarrollo en madera. Este fue uno de los principales motivos de que fuera destruido completamente en el Gran incendio que asolo Londres en el siglo XVII.

Los muros de la misma se encontraban decorados con tumbas de obispos y noble medievales, además de algún ciudadano reconocido. Entre los más famosos se encuentran los reyes anglosajones Sebbi el Santo y Etelredo II el Indeciso, el poeta y pastor John Donne y el político Nicholas Bacon.


Un dato curioso fue el uso que se le dio a la gran nave central, la cual sirvió como zona de mercado hasta el siglo XIV y posteriormente como zona de reunión y noticias. Por ello a los que se informaban allí eran llamados "Los andadores de Paul"

Como Francis Osborne comentaba en el siglo XVI:

"Era la moda de esos años...para los principales señores, burgueses, cortesanos y hombres de todas las profesiones no simplemente mecánicas, reunirse en la Iglesia de San Pablo sobre las once y andar por el medio de esta hasta las doce, y después de comer de tres a seis, durante el cual algunos discuten de negocios, otros de actualidad. En lo que se refiere al mundo poco ocurría que no llegara tarde o temprano al lugar. Y esos traficantes de noticias, como los llamaban, no solo tienen la audacia de exagerar las acciones publicas sino también las del estado, con lo que algunos cortesanos traicionan a nuestra sociedad."





Una Obra Maestra

Hoy en día, el concepto “Obra Maestra” se aplica para designar cualquier objeto artístico que haya supuesto la culminación de la carrera de un autor, o que se considere uno de los máximos exponentes de su disciplina en una época determinada.

No obstante, los orígenes de este concepto poco tienen que ver con su elevada acepción actual. Las raíces de este término se hayan ubicadas en el Medievo, en el surgimiento de las primeras ciudades, y de las agrupaciones de artesanos de un mismo oficio.

El objetivo de los gremios era ajustar la oferta y la demanda y garantizar el trabajo de los miembros, así como su bienestar económico y los sistemas de aprendizaje del oficio. A su vez, los gremios monopolizaban el suministro de materias primas y controlaban la producción y los contratos.

Los gremios estaban estructurados jerárquicamente, y sus miembros se dividían en aprendices, oficiales y maestros. Los maestros tenían derecho a abrir su propio taller y, por lo tanto, estaban limitados por la demanda del producto. Para poder alcanzar la categoría de maestros, los oficiales debían pasar una prueba.

Debido al carácter conservador de estas organizaciones y a la primacía de los intereses de sangre, estos exámenes eran de una grandísima dificultad. Solían consistir en la copia o fabricación de una obra preestablecida y el resultado solía decidirse en función de la calidad del trabajo.

Los oficiales que superaban este examen pasaban a ser considerados maestros y la que les valía su nueva condición era, por lo tanto, su Obra Maestra.

El Arte en la Publicidad y el Diseño I




Esta imagen corresponde a la campaña publicitaria de la última temporada de la serie “Lost”. “Perdidos” se ha convertido en uno de los fenómenos televisivos de la última década, y para promocionar su esperada temporada final, se realizó esta fotografía –entre otras muchas-.

La imagen imita “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci (1495-1497), cuadro que todo el mundo es capaz de reconocer. Ésta es una manera de llamar la atención del espectador, y al mismo tiempo intentar que aquel que observe la fotografía asocie la serie a la cultura, ya que automáticamente se relaciona el montaje con la obra maestra del pintor italiano.

De todas maneras, hay diferencias respecto al cuadro original, ya que los componentes del conjunto están todos mirando a cámara, cuando Jesucristo y los Apóstoles parecen ajenos al espectador. Además, en el cuadro de Da Vinci aparecen trece personajes, pero en la fotografía de "Lost" posan catorce actores.

Aunque, “La Última Cena” de Da Vinci es un tema bastante trillado en muchos campos publicitarios. Otro ejemplo en el mundo de las series podría ser esta imagen de la serie “House”.

En relación al ejemplo de Lost y al cuadro original de Da Vinci, en esta imagen no aparecen todos los personajes en la mismo plano –sólo los principales posan en primera línea-. El protagonista aparece en el centro de la composición, imitando la postura de Jesucristo en el lienzo original –con los brazos extendidos y las palmas de las manos hacia arriba-; aunque solamente aparecen doce personajes en la imagen.



miércoles, 13 de octubre de 2010

Just another Bronx tale


“Sonny y mi padre siempre decían que cuando fuera mayor lo entendería todo. Pues bien, así fue, aprendí algo de aquellos dos hombres: aprendí a dar y a recibir amor incondicionalmente, uno debe aceptar a los demás tal y como son, y uno debe aprender la lección más importante: no hay cosa más triste en la vida que el talento malgastado y las decisiones que uno tome determinarán su futuro para siempre. Pero si preguntáis a cualquiera de mi barrio, os dirá que todo esto no es más que otra historia del Bronx”

Ambientado en la Nueva York de los años 60, “Una historia del Bronx” cuenta la historia de Calogero, un niño que crece influido por dos formas contrapuestas de afrontar la vida: la de su padre, Lorenzo, conductor de autobús, honrado y con principios, que prefiere una vida trabajada y austera pero honesta y la de Sonny, jefe local de la mafia, mundo por el que siempre se ha sentido atraído.

La película refleja la convulsa realidad de los bajos fondos neoyorkinos de la década de los 60, donde el dinero fácil y la corrupción están a la vuelta de la esquina, donde los hombres honrados a penas pueden pagar el alquiler y donde la tensión racial es una realidad en un distrito cuyos barrios se hayan repartidos por la procedencia de sus habitantes.

Es especialmente interesante descubrir la evolución del personaje de Calogero, “C”, desde su primera infancia, cuando se le abre la puerta del anhelado, pero para él prohibido, mundo de la mafia hasta el final de su adolescencia y del modo en que va descubriendo la dura realidad de un ambiente que no quiere que lo atrape.

Escrita por Chazz Paminteri (Sonny), dirigida por Robert de Niro (Lorenzo) y protagonizada por Lillo Brancato (Calogero). A pesar de que no fue galardonada con ningún premio de prestigio, no tengo ninguna duda en considerarla una película de visión obligatoria y una de las mejores cintas de la década de los noventa.

martes, 12 de octubre de 2010

El Espíritu Futurista en la Publicidad Italiana







“...un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia

Vertiente artística del concepto literario lanzado a partir de 1908 por el poeta y propagandista italiano Filippo Tomasso Marinetti, el futurismo surgió como una rebelión de los jóvenes intelectuales contra la indiferencia cultural en que estaba sumida Italia desde el siglo XIX.

Enardecidos por el ímpetu revolucionario, los jóvenes se manifiestan en contra de la tradición y piden la destrucción de museos, academias y bibliotecas.

Influenciados por la filosofía de Nietzsche y Henry Bergson, exaltan los progresos de la técnica, la velocidad, el deporte, la sensualidad y la belleza de la guerra, no sólo desde una óptica artística, sino también social y política.

Esto lleva a la creación en 1918 del Partido Futurista, que proclama un belicismo nacionalista, la expansión colonial, el anticlericalismo y el antisocialismo. No es de extrañar pues que este movimiento fuese recogido más adelante como precursor del fascismo italiano.

El arte futurista persigue la idea de visión simultánea, metamorfosis y movimiento constante, atacando los conceptos de armonía y buen gusto tradicionales.

La faceta arquitectónica del Futurismo concibe ciudades dinámicas construidas con los nuevos materiales. El más claro representante de esta vertiente es Antonio Sant’Elia, propagandista del Manifiesto de la Arquitectura Futurista, quien en sus “Proyectos para la Cittá Nuova” muestra una innovadora visión de la arquitectura, llegando a proponer amplias autopistas para el recién inventado automóvil.

La exposición “El Espíritu Futurista en la Publicidad Italiana”, que puede visitarse de forma gratuita en el MuVIM hasta el 12 de octubre, muestra la influencia de esta corriente artística en la propaganda italiana de principios del siglo pasado mediante una selección de carteles publicitarios en los que se hace patente la presencia de esta exaltación de la máquina y la velocidad propias del movimiento italiano.

Junto con numerosos carteles de publicistas como Federico Seneca, Giovanni Mingozzi o Savelli, muestra también una serie de esculturas y documentos que, desde la perspectiva futurista, influyeron a la propaganda de este periodo.