jueves, 14 de octubre de 2010

Una Obra Maestra

Hoy en día, el concepto “Obra Maestra” se aplica para designar cualquier objeto artístico que haya supuesto la culminación de la carrera de un autor, o que se considere uno de los máximos exponentes de su disciplina en una época determinada.

No obstante, los orígenes de este concepto poco tienen que ver con su elevada acepción actual. Las raíces de este término se hayan ubicadas en el Medievo, en el surgimiento de las primeras ciudades, y de las agrupaciones de artesanos de un mismo oficio.

El objetivo de los gremios era ajustar la oferta y la demanda y garantizar el trabajo de los miembros, así como su bienestar económico y los sistemas de aprendizaje del oficio. A su vez, los gremios monopolizaban el suministro de materias primas y controlaban la producción y los contratos.

Los gremios estaban estructurados jerárquicamente, y sus miembros se dividían en aprendices, oficiales y maestros. Los maestros tenían derecho a abrir su propio taller y, por lo tanto, estaban limitados por la demanda del producto. Para poder alcanzar la categoría de maestros, los oficiales debían pasar una prueba.

Debido al carácter conservador de estas organizaciones y a la primacía de los intereses de sangre, estos exámenes eran de una grandísima dificultad. Solían consistir en la copia o fabricación de una obra preestablecida y el resultado solía decidirse en función de la calidad del trabajo.

Los oficiales que superaban este examen pasaban a ser considerados maestros y la que les valía su nueva condición era, por lo tanto, su Obra Maestra.

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